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La historia argentina para leer

Excelente Felipe ! – 26/03/2009


«Mitos de la Historia Argentina 4» – Felipe Pigna
Sinopsis
Pocos procesos de la historia argentina despiertan tanto interés, local e internacional, como el que marca los orígenes, consolidación y perdurabilidad del peronismo. Es seguramente uno de los fenómenos históricos de características más particulares en América latina y el mundo y, sin duda, uno de los que despierta mayores polémicas, rodeadas aún por pasiones, interpretaciones cruzadas y abundantes mitos, a favor y en contra.
En este nuevo libro de Los mitos de la historia argentina, Felipe Pigna recorre el apasionante período de 1943 a 1955, para develar los aspectos polémicos del movimiento político fundado por Juan Domingo Perón, las transformaciones que impulsó en el país durante sus primeros gobiernos, y la personalidad y la acción de su líder y de la figura mítica por excelencia de esta etapa: Evita, la mujer «más amada y más odiada» de la historia argentina.
En Mitos 4, Felipe Pigna ofrece una visión integral de los diversos y contradictorios aspectos del peronismo, sus protagonistas y los desafíos que enfrentaron: las relaciones con los Estados Unidos, la presencia de «refugiados nazis», los choques con la oposición y la Iglesia católica, las pujas por la redistribución del ingreso y la construcción de una «nueva Argentina», las realizaciones y las falencias. Logra así desentrañar una etapa clave de la historia argentina, no sólo para comprender nuestro pasado sino para interpretar nuestra actualidad.

2 respuestas

  1. Encontré este comentario y lo comparto, me parece muy interesante para tener en cuenta.

    24 de Marzo 1976-2008 Peronismo y Represión: el Huevo de la Serpiente
    Por Mosca Cojonera – Monday, Mar. 24, 2008 at 1:51 PM
    fliegecojonera@gmail.com

    Este triste aniversario nunca es tarde para recordar que ésta democracia limitada, que implosiona por la indiferencia y la abstención del Pueblo, se cimenta sobre sangre y dolor. Pero que la tragedia argentina no tiene un sólo culpable, sino varios cómplices indispensables, entre ellos el Peronismo.http://fliegecojonera.blogspot.com/

    El Huevo de la Serpiente: Peronismo y Represión

    Teniendo en nuestras manos las grandes banderas o causas que hasta el 25 de mayo de 1973 pudieron esgrimir… harán que el reducido número de psicópatas que va quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República.
    (Juan Domingo Perón, 1974)

    Traer al simpático líder tercermundista “El Pocho”, que vivió su exilio dorado en paises con dictadores militares (desde Stroessner en Paraguay, por cierto: al general corrupto y asesino de Stroessner lo bancó Perón en el ’50 en su golpe de estado contra el gobierno democrático de Bogado aportándole dinero y armas, hasta Trujillo y Franco en España, datos históricos) fue una maniobra en la cual consensuaba toda la derecha, incluido el partido militar…En sus jugosas memorias, el general Lanusse concluía que la única salida para parar la revolución en 1972 era traer a Perón convocando elecciones… El temor del capitalismo era la alianza espontánea, un nuevo bloque histórico, en las luchas entre el nuevo movimiento obrero y la clase media radicalizada… La Triple A, el «Somatén» peronista inspirado en los paramilitares españoles, fue la primera fase del Proceso de Reorganización Nacional. Perón en 1973 fue el prólogo fallido del golpe del 24 de marzo de 1976… para más pistas seguir palmo a palmo la represión: el primer asesinado por la Triple A fue en julio de 1974, recordemos que Perón asumió en septiembre del mismo año. Con Perón en vida fue imposible investigar los secuestros, atentados y matanzas que se planeaban desde el cenit del estado, incluso un investigador independiente nombrado por el Ejército (espantapájaros) se tomó su trabajo tan en serio que hubo que asesinarlo. Su nombre: Capitán Martín Rico, recientemente ascendido por Kirchner. El manto de silencio sobre la responsabilidad de la corporación política es tal que la CONADEP se creó anulando toda investigación y denuncia previa al 24 de marzo de 1976. Es la lógica de la politiquería nacional: allí quedan en el olvido el asesinato impune de entre 2000 y 3000 personas, más los incontables exilios forzosos y muertes indirectas. La CONADEP calificó al gobierno justicialista con el curioso eufemismo de «prueba piloto» (¿?). Para darse una idea los tres primeros meses de 1976 hubo 600 ejecuciones con secuestro, tortura y vejación atribuibles a los cuerpos francos del PJ.

    El aparato represivo «legal» del peronimo fue el siguiente:

    Legislación que penalizaba las acciones terroristas subversivas. Ley 20.840.

    Debido al incremento de acciones criminales de las organizaciones terroristas, junto con su intención manifiesta de ejecutar una guerra integral contra el Estado Nacional y veintidós días después del “pasaje a la clandestinidad de Montoneros”, el 28 de septiembre de 1974, el Congreso Nacional sancionó la Ley 20.840 “Delitos contra el Orden Constitucional y la Paz Social” que penalizaba, al margen de la legislación vigente, a aquellos que preconizaban alterar o suprimir el orden constitucional y la paz social de la Nación por vías no establecidas en la Constitución Nacional (Con una pena de tres a ocho años).

    Creaba, además, otras figuras punibles que afectaban la publicidad y propaganda de las organizaciones terroristas subversivas (con penas de dos a seis años) y también a otras acciones que beneficiaban el accionar de éstas mediante acciones económicas fraudulentas y otras (con penas de dos a seis años y multa ).

    Las penas se elevaban si era funcionario público o si siendo síndicos, directores, administradores o gerentes no denunciaban la comisión de los delitos enumerados en la ley.

    El movimiento obrero organizado y la lucha contra el terrorismo subversivo.

    Es totalmente comprobable en los periódicos de la época, que el sector obrero en su máxima expresión, la Confederación General del Trabajo, (CGT) apoyó siempre, firme y explícitamente, las acciones de las Fuerzas Armadas, así como las de las Fuerzas de Seguridad y policiales, en el tiempo en que las organizaciones terroristas subversivas asolaban nuestro país, aun cuando hubiera gobiernos de facto.

    Entre otras demostraciones, recordemos que en octubre de 1974, organizó una huelga simbólica de 45 minutos para manifestar su repudio al terrorismo. Al mes siguiente, rindió homenaje a los oficiales de las FFAA muertos en la “lucha antiguerrillera”.

    En Tucumán, el 26 de febrero, dirigentes de la CGT y de las “62 Organizaciones gremiales” peronistas visitaron la sede del Comando de Operaciones de la 5ª Brigada de Infantería donde entrevistaron a su Cte, Gral. Adel Edgardo Vilas para “testimoniarle su más profunda fe en la acción antiguerrillera del Ejército”. También en agosto de 1975, la CGT, expresó en un comunicado “su permanente identificación con los soldados de nuestro glorioso Ejército, en su lucha contra los terroristas”. Es razonable que la dictadura militar protegiera y dejara en funciones a la burocracia sindical peronista.

    El peronismo debería derogar sus propios «indultos» históricos y realizar un «mano pulite» de su vergonzoso papel histórico: fue el Huevo de la Serpiente.

    Los Centros de Detención Clandestinos (CCD) se crearon con el Peronismo
    Los «CCD», en la terminología burocrática del estado terrorista, fueron diseñados y creados por la eminencia gris del PJ durantes los años 1973-1976. Creación también peronista fue la «desaparición forzada» de personas. Un breve racconto.
    La ideología es curiosa porque es ilusión y proyección. Es mundo real pero escindido por un velo ideal. La ideología argentina es un mito, un mito construido en 1983 por las clases dominantes y la clase política. Consiste en «demonizar» al partido militar, censurar y reprimir el papel «civil» y/o «económico» pero, como segunda tarea no menos importante, forzar el «olvido» sobre el papel del Peronismo en la creación y puesta en funcionamiento de la lógica del terror de la dictadura. Lo tragicómico es que aunque simbólicamente se ha colgado el sanbenito al partido militar, de justicia efectiva y concreta ni hablar. Según cálculos conservadores unos 29.000 asesinos andan sueltos. De estos, 18.000, se dedicaron a la vigilancia de los ya confirmados 488 campos de concentración, denominados Centros Clandestinos de Detención (CCD); mientras existen otros 65 en vías de identificación. Otros 6.000 integraban los grupos de tareas encargados de “chupar” argentinos y llevarlos a los pozos de tortura para, posteriormente a la mayoría, asesinarlos y hacerlos desaparecer. Son los asesinos ordinarios que realizaban con eficiencia su trabajo. Dos centenas de sacerdotes fueron parte de los CCD; y unos 5.000 civiles y militares, policías y servicios de inteligencia, le dieron cobertura al genocidio. Eran apoyo logístico, ideológico y reducidores de los bienes de los secuestrados o “botín de guerra”. En cambio, según Rodolfo Mattarolo (Subsecretario de Derechos Humanos de la Nación, en un informe elevado a la ONU), de la cifra total de los criminales involucrados directamente en el dispositivo genocida, apenas la irrisoria suma de 200 está imputado por crímenes aberrantes, solamente 24 están encarcelados; y el resto, está preso en sus domicilios. ¡Veinticuatro encarcelados! Pero veamos el lado oscuro de la ideología: el amplio compromiso civil, mitad colaboracionismo activo, mitad colaboracionismo pasivo. El radicalismo y el peronismo fueron claves en el sostén cívico, tanto en funcionarios prácticos como en intelectuales orgánicos, APRA el establecimiento y consolidación de la dictadura militar. Según Juan Carlos Marín en “Los Hechos Armados”, sólo 170 intendentes, o sea el 10%, pertenecieron a las fuerzas armadas. En cambio: 649 intendentes, o sea el 38%, carecían de militancia política definida; 878 intendentes, esto es 52%, estaban de un modo u otro adscriptos a una corriente política concreta y en actividad partidaria durante 1973-1976. A su vez, si se divide el 100% (del 52%) de los intendentes aportados por los partidos políticos hasta fines de 1978, estos son los porcentajes: Unión Cívica Radical: 310 intendentes, 35.3%; Justicialismo: 169 intendentes, 19.3%; Demócrata Progresista: 109 intendentes, 12.4%.; Movimiento de Integración y Desarrollo, liderado por Frondizi, (MID): 94 intendentes, 10.7%; Fuerza Federalista Popular, liderado por Manrique: 78 intendentes, 8.9%; Partidos Conservadores ajenos a nucleamientos nacionales: 72 intendentes, 8.2%; Neoperonistas: 23 intendentes, 2.7%; Demócratas Cristianos: 16 intendentes, 1.8%; Partido Intransigente, Alende: 4 intendentes, 0.4%. EL peronismo, que maneja a discreción el aparato de estado, es el que tiene mayor responsabilidad en el “Huevo de la Serpiente”. Basta con leer los discursos inquisitoriales de Perón llamando a los militantes de su propio partido no sólo “imberbes” sino “psicópatas”
    Van dos ejemplos en este trabajo de deconstrucción:

    1) Los llamados «Campos de Concentración Clandestinos»: éste es el término burocrático con que la CONADEP denominaba a los pozos de terror y tortura, los campos de concentración, más bien de tránsito y exterminio, tristemente conocidos por todos. Lo curioso es lo que no se dice: los «CCD» fueron diseñado y creados bajo el gobierno de Juan Domingo Perón e Isabel. Del propio informe en falsete de la CONADEP surgían las pruebas concretas que el sistema de represión del terrorismo con su secuela de desaparecidos se había planeado y puesto en marcha durante el gobierno constitucional, sí el del socialismo nacional y la Argentina Potencia: en la pág. 201 se dijo: que la Prisión Militar de Encausados «Campo de la Ribera», se transformó en C.C.D. a partir de 1975 y que la investigación practicada había permitido corroborar su funcionamiento; en las págs. 211 y 212 figuraban relatos de la detención y torturas sufridos por Susana O. (legajo 6891) y Fernando Rule Castro ocurridos en Mendoza el 9 de febrero de 1976, en sendos CDD; en la pág. 214 en relación a la tenebrosa «Escuelita de Famaillá, se dice: “La precariedad de sus instalaciones demuestra -por contraste con la dimensión que luego llegaron a tener estos centros de detención- que en 1975 había comenzado a desarrollarse en forma embrionaria la modalidad clandestina de la metodología represiva, circunstancia que aparece como un dato cierto del montaje y funcionamiento del sistema represivo durante el gobierno constitucional del PJ; que en la pág. 352 figuraba un sacerdote de apellido Fourcade secuestrado el 8 de marzo de 1976 que estuvo en el campo de La Ribera, siendo éste el que más arriba fuera mencionado como puesto en funcionamiento como Centro Clandestino de Detención en el año 1975.

    2) Desapariciones: en el imaginario popular, en la ideología argentina, la «desaparición forzada de personas» nuevamente aparece como una creación exclusiva del partido militar. Otro error y «olvido» útil de la historia. Veamos: que cuando declaró el miembro de la CONADEP Dr. Eduardo Rabossi, por cierto filósofo de la UBA, en el juicio a los Comandantes en los términos recogidos a fs. 1558 de la versión mecanografiada del proceso, dijo en cuanto a las desapariciones de personas que la CONADEP tuvo información (que es incompleta y fragmentada) sobre 19 casos en 1973, 50 en 1974, 359 en 1975 y 549 el primer trimestre de 1976, señalando como ejemplo 35 casos en noviembre de 1975, 90 en diciembre, 155 en enero de 1976, 84 en febrero y 310 en marzo. Un buen promedio para el gobierno peronista popular y nacional. Datos en el propio informe de la CONADEP: en la pág. 354 aparecía el sacerdote Nelio Rougier, secuestrado en Tucumán en septiembre de 1975; que en la pág. 356 se cita a Julio San Cristóbal, Hermano de La Salle, secuestrado el 9 de febrero de 1976 también durante el gobierno constitucional; que en la pág. 373 figuraban José Guillermo Espinosa desaparecido el l8 de enero de 1976, Héctor Manuel Freijo desaparecido el 17 de enero de 1976 y José Santiago Illa desaparecido el 9 de marzo de 1976 y en la pág. 374 Nebio Ariel Melo Cuesta desaparecido el 8 de febrero de 1976, hechos ocurridos durante el gobierno constitucional; que en la pág. 376 se citaba a la esposa del gremialista Hugo Javier Rezeck como secuestrada el 16 de marzo de 1976; que en la pág. 386 se decía que en marzo de 1975 se cometieron 30 secuestros seguidos de asesinato y que después del 24 de marzo de 1976 se reinició la represión; que en la pág. 417 se decía que las organizaciones gremiales de abogados estimaron que 23 de sus colegas fueron asesinados a partir de 1975, señalando en la pág. 431 a Vicente Víctor Ayala como desaparecido el 16 de febrero de 1976, José Pablo Bernard el 7 de marzo de 1976 y en la pág. 433 a Gustavo Medina Ortiz desaparecido el 10 de octubre de 1975. Es decir: en la confusión de qué debía investigarse y qué no, se colaba en la comisión y salía a relucir a la opinión pública, que la lógica del terror de la dictadura cívico-militar era la continuidad no sólo en métodos sino en instituciones y modalidades que habían sido diseñada por las más altas autoridades del PJ. Ahora sí toma sentido la famosa frase de Perón citada por Bonasso: “Acá en la Argentina lo que necesitamos es un Somatén”. Al peronismo le corresponde el honor histórico de haber creador no sólo la picana eléctrica, no sólo la «Triple A» sino los Campos de Extermino y la figura de «Desaparecido»… Que le aproveche.

    Un debate actual a propósito de un artículo de Martín Caparrós sobre el aniversario del 24 de marzo de 1976, con buenas intervenciones en el blog «El Fantasma».

    Link: http://omargenovese.wordpress.com/2008/03/21/hipocritas-y-represores-en-la-cultura-argentina/#comments

    fliegecojonera.blogspot.com/
    ………………………….

    Saludos !!!

  2. Encontré este comentario y lo comparto, me parece muy interesante para tener en cuenta.

    24 de Marzo 1976-2008 Peronismo y Represión: el Huevo de la Serpiente
    Por Mosca Cojonera – Monday, Mar. 24, 2008 at 1:51 PM
    fliegecojonera@gmail.com

    Este triste aniversario nunca es tarde para recordar que ésta democracia limitada, que implosiona por la indiferencia y la abstención del Pueblo, se cimenta sobre sangre y dolor. Pero que la tragedia argentina no tiene un sólo culpable, sino varios cómplices indispensables, entre ellos el Peronismo.http://fliegecojonera.blogspot.com/

    El Huevo de la Serpiente: Peronismo y Represión

    Teniendo en nuestras manos las grandes banderas o causas que hasta el 25 de mayo de 1973 pudieron esgrimir… harán que el reducido número de psicópatas que va quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República.
    (Juan Domingo Perón, 1974)

    Traer al simpático líder tercermundista “El Pocho”, que vivió su exilio dorado en paises con dictadores militares (desde Stroessner en Paraguay, por cierto: al general corrupto y asesino de Stroessner lo bancó Perón en el ’50 en su golpe de estado contra el gobierno democrático de Bogado aportándole dinero y armas, hasta Trujillo y Franco en España, datos históricos) fue una maniobra en la cual consensuaba toda la derecha, incluido el partido militar…En sus jugosas memorias, el general Lanusse concluía que la única salida para parar la revolución en 1972 era traer a Perón convocando elecciones… El temor del capitalismo era la alianza espontánea, un nuevo bloque histórico, en las luchas entre el nuevo movimiento obrero y la clase media radicalizada… La Triple A, el «Somatén» peronista inspirado en los paramilitares españoles, fue la primera fase del Proceso de Reorganización Nacional. Perón en 1973 fue el prólogo fallido del golpe del 24 de marzo de 1976… para más pistas seguir palmo a palmo la represión: el primer asesinado por la Triple A fue en julio de 1974, recordemos que Perón asumió en septiembre del mismo año. Con Perón en vida fue imposible investigar los secuestros, atentados y matanzas que se planeaban desde el cenit del estado, incluso un investigador independiente nombrado por el Ejército (espantapájaros) se tomó su trabajo tan en serio que hubo que asesinarlo. Su nombre: Capitán Martín Rico, recientemente ascendido por Kirchner. El manto de silencio sobre la responsabilidad de la corporación política es tal que la CONADEP se creó anulando toda investigación y denuncia previa al 24 de marzo de 1976. Es la lógica de la politiquería nacional: allí quedan en el olvido el asesinato impune de entre 2000 y 3000 personas, más los incontables exilios forzosos y muertes indirectas. La CONADEP calificó al gobierno justicialista con el curioso eufemismo de «prueba piloto» (¿?). Para darse una idea los tres primeros meses de 1976 hubo 600 ejecuciones con secuestro, tortura y vejación atribuibles a los cuerpos francos del PJ.

    El aparato represivo «legal» del peronimo fue el siguiente:

    Legislación que penalizaba las acciones terroristas subversivas. Ley 20.840.

    Debido al incremento de acciones criminales de las organizaciones terroristas, junto con su intención manifiesta de ejecutar una guerra integral contra el Estado Nacional y veintidós días después del “pasaje a la clandestinidad de Montoneros”, el 28 de septiembre de 1974, el Congreso Nacional sancionó la Ley 20.840 “Delitos contra el Orden Constitucional y la Paz Social” que penalizaba, al margen de la legislación vigente, a aquellos que preconizaban alterar o suprimir el orden constitucional y la paz social de la Nación por vías no establecidas en la Constitución Nacional (Con una pena de tres a ocho años).

    Creaba, además, otras figuras punibles que afectaban la publicidad y propaganda de las organizaciones terroristas subversivas (con penas de dos a seis años) y también a otras acciones que beneficiaban el accionar de éstas mediante acciones económicas fraudulentas y otras (con penas de dos a seis años y multa ).

    Las penas se elevaban si era funcionario público o si siendo síndicos, directores, administradores o gerentes no denunciaban la comisión de los delitos enumerados en la ley.

    El movimiento obrero organizado y la lucha contra el terrorismo subversivo.

    Es totalmente comprobable en los periódicos de la época, que el sector obrero en su máxima expresión, la Confederación General del Trabajo, (CGT) apoyó siempre, firme y explícitamente, las acciones de las Fuerzas Armadas, así como las de las Fuerzas de Seguridad y policiales, en el tiempo en que las organizaciones terroristas subversivas asolaban nuestro país, aun cuando hubiera gobiernos de facto.

    Entre otras demostraciones, recordemos que en octubre de 1974, organizó una huelga simbólica de 45 minutos para manifestar su repudio al terrorismo. Al mes siguiente, rindió homenaje a los oficiales de las FFAA muertos en la “lucha antiguerrillera”.

    En Tucumán, el 26 de febrero, dirigentes de la CGT y de las “62 Organizaciones gremiales” peronistas visitaron la sede del Comando de Operaciones de la 5ª Brigada de Infantería donde entrevistaron a su Cte, Gral. Adel Edgardo Vilas para “testimoniarle su más profunda fe en la acción antiguerrillera del Ejército”. También en agosto de 1975, la CGT, expresó en un comunicado “su permanente identificación con los soldados de nuestro glorioso Ejército, en su lucha contra los terroristas”. Es razonable que la dictadura militar protegiera y dejara en funciones a la burocracia sindical peronista.

    El peronismo debería derogar sus propios «indultos» históricos y realizar un «mano pulite» de su vergonzoso papel histórico: fue el Huevo de la Serpiente.

    Los Centros de Detención Clandestinos (CCD) se crearon con el Peronismo
    Los «CCD», en la terminología burocrática del estado terrorista, fueron diseñados y creados por la eminencia gris del PJ durantes los años 1973-1976. Creación también peronista fue la «desaparición forzada» de personas. Un breve racconto.
    La ideología es curiosa porque es ilusión y proyección. Es mundo real pero escindido por un velo ideal. La ideología argentina es un mito, un mito construido en 1983 por las clases dominantes y la clase política. Consiste en «demonizar» al partido militar, censurar y reprimir el papel «civil» y/o «económico» pero, como segunda tarea no menos importante, forzar el «olvido» sobre el papel del Peronismo en la creación y puesta en funcionamiento de la lógica del terror de la dictadura. Lo tragicómico es que aunque simbólicamente se ha colgado el sanbenito al partido militar, de justicia efectiva y concreta ni hablar. Según cálculos conservadores unos 29.000 asesinos andan sueltos. De estos, 18.000, se dedicaron a la vigilancia de los ya confirmados 488 campos de concentración, denominados Centros Clandestinos de Detención (CCD); mientras existen otros 65 en vías de identificación. Otros 6.000 integraban los grupos de tareas encargados de “chupar” argentinos y llevarlos a los pozos de tortura para, posteriormente a la mayoría, asesinarlos y hacerlos desaparecer. Son los asesinos ordinarios que realizaban con eficiencia su trabajo. Dos centenas de sacerdotes fueron parte de los CCD; y unos 5.000 civiles y militares, policías y servicios de inteligencia, le dieron cobertura al genocidio. Eran apoyo logístico, ideológico y reducidores de los bienes de los secuestrados o “botín de guerra”. En cambio, según Rodolfo Mattarolo (Subsecretario de Derechos Humanos de la Nación, en un informe elevado a la ONU), de la cifra total de los criminales involucrados directamente en el dispositivo genocida, apenas la irrisoria suma de 200 está imputado por crímenes aberrantes, solamente 24 están encarcelados; y el resto, está preso en sus domicilios. ¡Veinticuatro encarcelados! Pero veamos el lado oscuro de la ideología: el amplio compromiso civil, mitad colaboracionismo activo, mitad colaboracionismo pasivo. El radicalismo y el peronismo fueron claves en el sostén cívico, tanto en funcionarios prácticos como en intelectuales orgánicos, APRA el establecimiento y consolidación de la dictadura militar. Según Juan Carlos Marín en “Los Hechos Armados”, sólo 170 intendentes, o sea el 10%, pertenecieron a las fuerzas armadas. En cambio: 649 intendentes, o sea el 38%, carecían de militancia política definida; 878 intendentes, esto es 52%, estaban de un modo u otro adscriptos a una corriente política concreta y en actividad partidaria durante 1973-1976. A su vez, si se divide el 100% (del 52%) de los intendentes aportados por los partidos políticos hasta fines de 1978, estos son los porcentajes: Unión Cívica Radical: 310 intendentes, 35.3%; Justicialismo: 169 intendentes, 19.3%; Demócrata Progresista: 109 intendentes, 12.4%.; Movimiento de Integración y Desarrollo, liderado por Frondizi, (MID): 94 intendentes, 10.7%; Fuerza Federalista Popular, liderado por Manrique: 78 intendentes, 8.9%; Partidos Conservadores ajenos a nucleamientos nacionales: 72 intendentes, 8.2%; Neoperonistas: 23 intendentes, 2.7%; Demócratas Cristianos: 16 intendentes, 1.8%; Partido Intransigente, Alende: 4 intendentes, 0.4%. EL peronismo, que maneja a discreción el aparato de estado, es el que tiene mayor responsabilidad en el “Huevo de la Serpiente”. Basta con leer los discursos inquisitoriales de Perón llamando a los militantes de su propio partido no sólo “imberbes” sino “psicópatas”
    Van dos ejemplos en este trabajo de deconstrucción:

    1) Los llamados «Campos de Concentración Clandestinos»: éste es el término burocrático con que la CONADEP denominaba a los pozos de terror y tortura, los campos de concentración, más bien de tránsito y exterminio, tristemente conocidos por todos. Lo curioso es lo que no se dice: los «CCD» fueron diseñado y creados bajo el gobierno de Juan Domingo Perón e Isabel. Del propio informe en falsete de la CONADEP surgían las pruebas concretas que el sistema de represión del terrorismo con su secuela de desaparecidos se había planeado y puesto en marcha durante el gobierno constitucional, sí el del socialismo nacional y la Argentina Potencia: en la pág. 201 se dijo: que la Prisión Militar de Encausados «Campo de la Ribera», se transformó en C.C.D. a partir de 1975 y que la investigación practicada había permitido corroborar su funcionamiento; en las págs. 211 y 212 figuraban relatos de la detención y torturas sufridos por Susana O. (legajo 6891) y Fernando Rule Castro ocurridos en Mendoza el 9 de febrero de 1976, en sendos CDD; en la pág. 214 en relación a la tenebrosa «Escuelita de Famaillá, se dice: “La precariedad de sus instalaciones demuestra -por contraste con la dimensión que luego llegaron a tener estos centros de detención- que en 1975 había comenzado a desarrollarse en forma embrionaria la modalidad clandestina de la metodología represiva, circunstancia que aparece como un dato cierto del montaje y funcionamiento del sistema represivo durante el gobierno constitucional del PJ; que en la pág. 352 figuraba un sacerdote de apellido Fourcade secuestrado el 8 de marzo de 1976 que estuvo en el campo de La Ribera, siendo éste el que más arriba fuera mencionado como puesto en funcionamiento como Centro Clandestino de Detención en el año 1975.

    2) Desapariciones: en el imaginario popular, en la ideología argentina, la «desaparición forzada de personas» nuevamente aparece como una creación exclusiva del partido militar. Otro error y «olvido» útil de la historia. Veamos: que cuando declaró el miembro de la CONADEP Dr. Eduardo Rabossi, por cierto filósofo de la UBA, en el juicio a los Comandantes en los términos recogidos a fs. 1558 de la versión mecanografiada del proceso, dijo en cuanto a las desapariciones de personas que la CONADEP tuvo información (que es incompleta y fragmentada) sobre 19 casos en 1973, 50 en 1974, 359 en 1975 y 549 el primer trimestre de 1976, señalando como ejemplo 35 casos en noviembre de 1975, 90 en diciembre, 155 en enero de 1976, 84 en febrero y 310 en marzo. Un buen promedio para el gobierno peronista popular y nacional. Datos en el propio informe de la CONADEP: en la pág. 354 aparecía el sacerdote Nelio Rougier, secuestrado en Tucumán en septiembre de 1975; que en la pág. 356 se cita a Julio San Cristóbal, Hermano de La Salle, secuestrado el 9 de febrero de 1976 también durante el gobierno constitucional; que en la pág. 373 figuraban José Guillermo Espinosa desaparecido el l8 de enero de 1976, Héctor Manuel Freijo desaparecido el 17 de enero de 1976 y José Santiago Illa desaparecido el 9 de marzo de 1976 y en la pág. 374 Nebio Ariel Melo Cuesta desaparecido el 8 de febrero de 1976, hechos ocurridos durante el gobierno constitucional; que en la pág. 376 se citaba a la esposa del gremialista Hugo Javier Rezeck como secuestrada el 16 de marzo de 1976; que en la pág. 386 se decía que en marzo de 1975 se cometieron 30 secuestros seguidos de asesinato y que después del 24 de marzo de 1976 se reinició la represión; que en la pág. 417 se decía que las organizaciones gremiales de abogados estimaron que 23 de sus colegas fueron asesinados a partir de 1975, señalando en la pág. 431 a Vicente Víctor Ayala como desaparecido el 16 de febrero de 1976, José Pablo Bernard el 7 de marzo de 1976 y en la pág. 433 a Gustavo Medina Ortiz desaparecido el 10 de octubre de 1975. Es decir: en la confusión de qué debía investigarse y qué no, se colaba en la comisión y salía a relucir a la opinión pública, que la lógica del terror de la dictadura cívico-militar era la continuidad no sólo en métodos sino en instituciones y modalidades que habían sido diseñada por las más altas autoridades del PJ. Ahora sí toma sentido la famosa frase de Perón citada por Bonasso: “Acá en la Argentina lo que necesitamos es un Somatén”. Al peronismo le corresponde el honor histórico de haber creador no sólo la picana eléctrica, no sólo la «Triple A» sino los Campos de Extermino y la figura de «Desaparecido»… Que le aproveche.

    Un debate actual a propósito de un artículo de Martín Caparrós sobre el aniversario del 24 de marzo de 1976, con buenas intervenciones en el blog «El Fantasma».

    Link: http://omargenovese.wordpress.com/2008/03/21/hipocritas-y-represores-en-la-cultura-argentina/#comments

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